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¿Cómo valido las emociones de mi hijo sin perder la autoridad?

La importancia de validar las emociones en la crianza actual

En la crianza consciente y respetuosa, uno de los pilares fundamentales es aprender a validar las emociones de nuestros hijos sin renunciar a nuestra autoridad como adultos. Validar no significa permitir todo, ni dejar de poner límites. Significa reconocer lo que sienten, sin juzgar, minimizar o ignorar.

¿Qué significa validar las emociones?

Validar no es ceder

Validar es acompañar. Es decir: «entiendo que estás triste/enojado/frustrado» y aún así, mantener el límite necesario. La validación emocional crea un espacio seguro donde los niños aprenden a reconocer y regular sus emociones.

La base del apego seguro

Cuando validamos, fortalecemos el vínculo afectivo. Los niños sienten que sus emociones tienen un lugar, que no están solos. Esto refuerza su autoestima, confianza y capacidad de autocuidado. Ver investigación.

Por qué la autoridad no está reñida con la empatía

Autoridad no es autoritarismo

Ser figuras de autoridad no implica ser controladoras ni duras. Significa ser guías. Una madre con autoridad emocional es clara, firme y amorosa.

El respeto mutuo como base

Cuando validamos las emociones, enseñamos respeto. Y cuando el niño se siente respetado, está más dispuesto a escuchar y cooperar.

Los errores más comunes al intentar validar

Minimizar o distraer

Frases como «no es para tanto» o «ya, mira un juguete» pueden ser bienintencionadas, pero niegan lo que el niño siente. Y cuando se sienten ignorados, la emoción suele aumentar.

Invalidar con lógica adulta

«No deberías estar triste, si te compré algo». La emoción no responde a la lógica. Necesita ser sentida, no corregida.

Cómo validar sin perder el límite

Paso 1: Nombrar la emoción

«Veo que estás enojado porque no pudiste jugar más tiempo.»

Paso 2: Reconocer sin permitir daño

«Está bien sentir enojo, pero no puedo permitir que pegues.»

Paso 3: Reencuadrar o guiar

«Puedes decirme lo que sientes con palabras o dibujarlo.»

La importancia del tono, el cuerpo y la presencia

No es solo lo que decimos. Es cómo lo decimos. Validar con voz suave, postura cercana y contacto visual tiene un impacto profundo en la percepción del niño.

Ejemplos de frases que validan sin perder autoridad

  • «Sé que te cuesta dejar el parque. Es divertido jugar. Y ahora es momento de irnos.»
  • «Estás triste porque no conseguimos lo que querías. Te escucho. Y hoy no es posible.»
  • «Eso que sientes es frustración. Te entiendo. ¡Vamos a respirar juntas!»

Beneficios a largo plazo de validar emociones

  • Mejora la comunicación familiar
  • Favorece la autorregulación emocional
  • Disminuye la frecuencia e intensidad de berrinches
  • Fortalece el vínculo madre-hijo
  • Desarrolla la empatía y el respeto

¿Y si yo no fui criado así?

Sanar mientras criamos

Muchas madres venimos de crianzas más duras o frías. Aprender a validar puede ser desafiante, pero también sanador. Podemos aprender mientras enseñamos. Puedes aprender a gestionar tus emociones en nuestro Reto

Recursos y herramientas para fortalecer esta práctica

Libros recomendados

  • «El cerebro del niño» de Daniel Siegel y Tina Payne
  • «Disciplina sin lágrimas»
  • «Criar sin miedo» de Yolanda González
  • Ebook «Amor de Mamá» de Viviana Cifuentes

Prácticas cotidianas

  • Hacer pausas para respirar juntas
  • Usar cuentos emocionales
  • Crear un rincón de la calma
  • Dibujar emociones juntas

Conclusión

Validar las emociones de nuestros hijos no es una moda ni una técnica pasajera. Es una forma de mirar la infancia con respeto y conciencia. Y al hacerlo sin perder nuestra autoridad, les enseñamos que sentir es seguro, y que crecer acompañados es posible.


Preguntas frecuentes

¿Validar emociones significa dejar que mi hijo haga lo que quiera?

No. Validar es acompañar lo que siente, no permitir todo lo que hace. Los límites siguen siendo necesarios.

¿Y si mi hijo se aprovecha de mi empatía?

Cuando la validación va acompañada de límites claros, no hay lugar para manipulación. Los niños buscan seguridad, no ventaja.

¿Qué pasa si ya grito y luego quiero validar?

Siempre es posible reparar. Decir «me equivoqué, quiero hacerlo diferente» también enseña.

¿Es mejor ignorar los berrinches para que se les pasen?

No. Ignorar puede intensificar la emoción. Validar ayuda a que se sientan comprendidos y puedan calmarse.

¿Hasta qué edad debo validar emociones?

Siempre. Validar es una habilidad relacional que sirve a cualquier edad, incluso entre adultos.

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Viviana

Psicóloga Clínica, Fundadora de PSIMUJER.

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